En los estados holotrópicos el proceso de intensificación de las tensiones y la consiguiente relajación tiende a trasladarse de una parte del cuerpo a otra de un modo que varía de persona a persona. La cantidad de tensiones musculares y de emociones intensas asociadas con ellas decrece con el número de sesiones.

La respiración rápida prolongada durante un dilatado periodo de tiempo cambia la química del organismo de tal modo que las energías físicas y emocionales bloqueadas asociadas con distintos recuerdos traumáticos se liberan y se ponen a nuestra disposición para ser procesadas y descargadas periféricamente. Esto permite que el contenido anteriormente reprimido de dichos recuerdos aflore a la consciencia y puede ser integrado. Se trata de un proceso de sanación que queremos alentar y apoyar, y no de un proceso patológico que debe ser reprimido, como normalmente se hace en la medicina convencional.

En estados holotrópico el proceso nos lleva desde la psiques hacia lo somático, y también nos permite desde situaciones irresueltas corporales, al trabajar efectivamente con ellas,  llegar a una integración más plena y enraizada…